“Inicio del Viaje” por Rocambole
“… Lo primero que pensé fue en construir una nave espacio-temporal para usar como envase. Algo así como un OVNI cuadrado y tecnológico que transportara a la banda a ese futuro tan temido. Con el entusiasmo inicial, ubiqué un taller de electrónica cuyo dueño era un antiguo amigo fabricante de equipos de audio nacionales que dieron que hablar en su momento (FONUM). En su área de metalurgia cortamos y doblamos una chapa de aluminio que daría forma a un reluciente prototipo metálico con el que me dirigí a preocupar a mis compañeros de aventuras gráficas, los técnicos. El aparato debía contar, además, con una suerte de ojo de buey donde asomaran los viajeros del tiempo. Luego de interesantes deliberaciones convinimos en que el material original (aluminio) nos proporcionaría bastantes problemas de stock y producción en grandes cantidades. Había diversas alternativas de fraguar el aspecto metálico con cartulinas forradas pero en un primer momento ninguna convencía. Hasta que, por suerte, un envase de whisky que asistía a la reunión, nos iluminó y el aspecto metálico quedó resuelto con relieves que simulaban circuitos electrónicos. El ojo de buey -la ventana de la nave- se resolvió con una cúpula en blister transparente. La idea original proponía que todo el envase se abriera como una navaja. Ese detalle se logró por medio de un remache metálico. Para el librillo se trabajó casi todo con programas de modelado digital, imágenes que lo completaron como audiogame futurista. Hice bocetos usando, en vivo, a los músicos como modelos, así que ellos también fueron modelados en 3D. Todo ese trabajo de imagen fue enseguida aprovechado para realizar un videoclip animado para la presentación del disco.
No habría que advertirlo, pero todo el arte está plagado de acertijos, secretos, símbolos y guiños para los expertos -y no tanto-, que acumulan sentido en la propuesta del disco.
“En qué Bondi nos metimos” por Carlos Mammini
El premio de un buen disco es siempre sentir que uno tiene en sus manos una pieza única donde la música vive un viaje por el tiempo y el espacio y se libera dónde el destino la lleve.
El trabajo de un buen gráfico es articular los mejores recursos y experiencia para que el concepto, la idea fuerza, el alma, se mantengan intactos cuando la producción de miles se haya realizado. Entonces, el paso por las máquinas y las manos humanas habrán hecho un buen laburo. A pack terminado y álbum en mano parece mucho más sencillo pero a vistas de los que tienen que producirlo tiene laberintos que me gustaría contarles.
Una vez en nuestras manos comenzamos a imaginar cómo lograrlo. Pero lo primero es lo primero, debíamos mantener el anonimato de este disco tanto como nos fuera posible. Eran órdenes de Poli y condición para darnos el trabajo. Así que le inventamos un nombre en código de manera tal que nos pudiéramos comunicar sin develar el misterio.
El aluminio debía ser reemplazado por algún efecto metálico logrado con materiales más livianos y dúctiles, a la vez más económicos. Vimos que hace mucho tiempo un conocido whisky escocés había hallado ese efecto metalizando cartulina con poliéster; así que para no pasar el chivo Chivas regaló la primera solución, el Mono aceptó las ventajas. Teníamos la chapa.
Para resolver la cúpula hicimos varios trabajos. Investigamos piezas prefabricadas en vidrio y acrílico que fueron descartadas. Pasamos a hacer varias muestras con diferentes curvaturas con la técnica de termoformado.
Ahora, como todo lo que contiene algo en la vida, debía abrirse y cerrarse. Y esta caja se abre como pocas o ninguna haya visto en discografía: estilo navaja le llamaron por ahí; para nosotros estilo Bondi.
Aprobado el modelo final, las matrices empezaron a entrar en máquinas. Las tintas se pegaban al papel a velocidad de la luz. Los Grafikares volaban con su oficio y todo empezó a fluir. El interior se imprimió primero, como recurso zorro de esconder el nombre hasta el final. Volaban las letras y los colores y las canciones quedaban grabadas en revistas de papel. Llegó la hora de la chapa y los caños se veían estroboscópicos en las impresoras, las luces se reflejaban descompuestas en el metalizado. Los cartones se plegaban y se hermanaban con las cúpulas. Los remaches casi cerraban la historia y las cajas mantenían todo escondido mientras no parábamos de decir: Qué bueno quedooooooó!
Racing Club, Avellaneda. 19 de Diciembre de 1998. Cánticos de multitud, disparos de artificio, helicópteros, entramos. Todo apagado. Los redoooo! Los redooo! Vamos los redoooo! Se repite. Una pantalla pixelada se enciende y la multitud estalla en silencio. Una nave se eleva de una plataforma y comienza un viaje por un túnel machacado de tiempo, pasa por el infierno de Luzbelito al espacio exterior y a velocidad de la luz llega a una tierra de desgarro y dolor. Los tripulantes todos miran a través de la cúpula a los mutantes y las ninfas de Finisterre. Aterrizan y El pibe de los Astilleros rompe el silencio. El resto es de cada uno de los que estuvieron, lo vieron o escucharon. O se lo contaron sus padres o YouTube, se me ocurre.
Nosotros, el astillero, los trabajadores que ayudamos a poner en marcha la nave de música y cartón. Una nave que viaja por el espacio-tiempo y cada tanto, durante más de 20 años nos envía una señal de ¡Acá estamos!, vaya a saber desde dónde, para estos gráficos de poca monta en la ciudad de La Plata, un rincón lejano del fin del mundo. Y siempre respondemos: Qué bueno quedooooooó!
Ficha Técnica:
Banda: Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota
Nombre del Disco: Último bondi a Finisterre
Packaging:
Tipo de Envase: Edición Especial
Primera Edición – Año 1998 – 200.000 ejemplares
Soporte: Cartulina encapada de 300 g/m2 forrada con polyester metalizado plata
Tintas: Pantone rojo, negro, blanco cubritivo con secado por UV
Procedimiento de impresión: Offset Tradicional con secado UV
Terminaciones superficiales: No posee
Operaciones complementarias: Cuño en seco y Timbrado
Accesorios: ojo de buey en termoformado, remache metálico
Booklet:
Soporte: Estucado triple capa brillante de 150 g/m2
Tintas: Proceso citocromático (CMYK)
Procedimiento de impresión: Offset Tradicional
Terminaciones superficiales: Barniz brillante offset
Operaciones complementarias: Relieve con cuño en seco
Encuadernación: Rústica acaballado